En los últimos años, la implicación de los padres en los deportes de sus hijos ha aumentado significativamente. Este fenómeno ha llamado la atención del público ya que los medios de comunicación han informado a menudo tanto de episodios de comportamiento inadecuado por parte de los padres durante los partidos y entrenamientos de sus hijos, como, en otros casos, de episodios de buen apoyo parental que facilitaron el camino hacia el éxito de sus hijos en el deporte. .
Numerosos estudios han demostrado que la participación de los padres puede tener efectos beneficiosos en la participación deportiva de sus hijos, especialmente en niveles de élite. Por ejemplo, los padres que participan activamente en deportes, tanto de forma recreativa como competitiva, a menudo transmiten a sus hijos no sólo pasión, sino también importantes habilidades técnicas y tácticas. Estos padres a menudo han alcanzado altos niveles de competición, por lo que pueden influir positivamente en la carrera deportiva de sus hijos. Un estudio de 229 atletas reveló que los padres de atletas de élite informaron una mayor participación deportiva, tanto recreativa como competitiva, que los padres de atletas que no eran de élite. Además, la participación de los padres en deportes y su nivel de habilidad se correlacionaron significativamente con el nivel de habilidad alcanzado por sus hijos atletas.
Sin embargo, la participación de los padres no siempre es positiva. La falta de participación puede privar a los atletas jóvenes del apoyo emocional y financiero necesario para competir de manera efectiva, mientras que la participación excesiva puede provocar sobrecarga, estrés y pérdida de autonomía. En particular, los padres con gran experiencia en deportes pueden crear expectativas poco realistas, provocando ansiedad y frustración en sus hijos. Las investigaciones han demostrado que la participación excesiva de los padres se asocia con un aumento de la ansiedad, el estrés y la depresión en los atletas adolescentes.
Además, los comentarios negativos de los padres durante las competiciones pueden tener efectos nocivos en el desarrollo de los atletas jóvenes. Alrededor del 15% de los comentarios hechos por los padres durante las competiciones deportivas juveniles son negativos, con tasas de hasta el 40% en deportes como el tenis y el hockey. Estos comentarios no sólo pueden envenenar la calidad de la relación entre padres e hijos, sino también comprometer la autoestima y la identidad de los jóvenes deportistas, que son fundamentales para un desarrollo positivo. El comportamiento excesivo y fanático de algunos padres durante las competiciones puede resultar embarazoso para sus hijos, distraerlos e irritarlos.
La comunicación no verbal de los padres es otro aspecto crucial. Los atletas adolescentes son particularmente sensibles a las expresiones faciales y al lenguaje corporal de sus padres durante las competiciones. Las inconsistencias entre los mensajes verbales y no verbales pueden generar confusión y frustración. Además, los padres que brindan asesoramiento táctico y técnico antes, durante y después de las competiciones pueden aumentar la ansiedad del deportista, sobrecargándolo con información contradictoria en comparación con la proporcionada por los entrenadores. Esto es tanto más probable cuanto más experiencia o pasado tiene el progenitor como deportista de élite.
Para mitigar los efectos negativos de la participación de los padres, es fundamental desarrollar programas educativos que ayuden a los padres a comprender mejor las implicaciones de sus comportamientos. Los estudios sugieren que es esencial considerar y discutir las opiniones de los padres, pero también escuchar las voces y experiencias de los atletas para comprender completamente el impacto de las interacciones entre padres e hijos en el deporte. De hecho, los jóvenes a menudo perciben los comentarios y comportamientos de sus padres de manera diferente a cómo sus padres pretenden comunicarlos. Esta desalineación puede causar tensión y malentendidos.
Para demostrar una buena crianza hacia su hijo-atleta, el padre podría ofrecerle apoyo emocional, escuchándolo y animándolo; proporcionar apoyo práctico; sea ​​un buen ejemplo, demostrando que sigue principios positivos; Facilitar el desarrollo social y personal fomentando el respeto, la autonomía y el control emocional en tu hijo. Este enfoque equilibrado apoya tanto el éxito deportivo como el desarrollo personal del atleta.
El papel de los padres en el deporte juvenil es complejo, está claro que los padres pueden desempeñar un papel importante a la hora de facilitar el desarrollo social y personal de sus hijos, pero aquellos que demuestran o aceptan conductas disfuncionales pueden actuar como modelos negativos.
Educar a los padres sobre comportamientos apropiados y las implicaciones de su participación puede mejorar significativamente la experiencia deportiva y el desarrollo positivo de los atletas jóvenes.
Por lo que respecta a los psicólogos deportivos, es fundamental desarrollar programas educativos que mejoren el comportamiento de los padres. El desafío crucial es abordar y revisar los supuestos sobre lo que se considera aceptable y apropiado en el comportamiento parental, analizando todos aquellos factores negativos que influyen en dicho comportamiento y que no se reconocen como problemáticos.
Por lo tanto, la participación de los padres en el deporte juvenil es una cuestión delicada que requiere atención e intervención específica. Con una mayor conciencia y educación, los padres pueden convertirse en un recurso valioso para el éxito y el desarrollo positivo de sus hijos en el deporte. Los psicólogos deportivos, a través de la investigación y la práctica, pueden guiar este proceso, promoviendo un ambiente deportivo saludable que propicie el crecimiento de los atletas jóvenes.

Por la Dra. Elisa Farris
Dr. Alejandro Bargnani | CEO Laboratorio CISSPAT

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