La gimnasia artística es un deporte que fascina por su elegancia, precisión y espectacularidad. Sin embargo, detrás de cada salto perfecto y cada aterrizaje impecable se esconden horas de entrenamiento, sacrificios e inevitables momentos de dificultad. En un deporte donde el margen de error es casi inexistente, cada caída, pérdida de equilibrio o ejecución imprecisa puede representar una derrota para el atleta. La capacidad de gestionar el error no es solo un aspecto técnico, sino también un desafío mental y psicológico que cada gimnasta debe afrontar.

Por qué es importante saber gestionar el error
Cada error no representa solo un fallo técnico, sino que también tiene un fuerte impacto emocional: por ejemplo, volver a subirse a un aparato tras una caída puede ser una tarea ardua, ya que el atleta debe recuperar la concentración en pocos instantes para afrontar el resto del ejercicio al máximo de sus capacidades. Por ello, desarrollar una sólida resiliencia mental – la capacidad de adaptarse y superar las adversidades – es crucial para afrontar los inevitables momentos de dificultad.

Un estudio reciente de Gucciardi y Gordon (2021) ha destacado que los atletas más resilientes son aquellos que logran “reformular” mentalmente el error. En lugar de verlo como un obstáculo insuperable, lo perciben como una oportunidad para mejorar. Este enfoque no solo reduce la ansiedad ante el desempeño, sino que también aumenta la motivación y la autoconciencia, sentando las bases para actuaciones más sólidas y seguras.

En un deporte donde cada detalle cuenta, un error puede tener consecuencias inmediatas: una pérdida de equilibrio, una caída o una rotación incorrecta pueden cambiar el resultado de una competición e influir en el rendimiento del atleta. Sin embargo, afrontar estos momentos con la mentalidad adecuada puede transformarlos en oportunidades de crecimiento. Los errores, de hecho, permiten identificar áreas de mejora, desarrollar una mayor resiliencia y experimentar estrategias para reducir la presión y mejorar la concentración.

La teoría de la autoeficacia de Albert Bandura subraya que lo que distingue a un atleta exitoso no es la ausencia de errores, sino la capacidad de seguir creyendo en sí mismo, afrontando las dificultades con determinación. Para un gimnasta, aprender a ver el error como una etapa natural del proceso de crecimiento no solo favorece la mejora, sino que también contribuye a construir una mentalidad ganadora.

Estrategias prácticas para afrontar el error
A continuación, se presentan algunas estrategias prácticas que pueden ayudar a atletas y entrenadores a gestionar estos momentos de dificultad de manera efectiva:

• Aceptar el error como parte del proceso: Equivocarse es inevitable y normal en un deporte tan complejo como la gimnasia. Es esencial adoptar una mentalidad que vea el error no como un fracaso, sino como una oportunidad para aprender y mejorar. Entrenadores y padres desempeñan un papel crucial en la creación de un entorno positivo que normalice el error y fomente el progreso.
• Enfocarse en la mejora, no en la perfección: Un enfoque constructivo en la retroalimentación es fundamental. En lugar de centrarse en los aspectos negativos, es útil resaltar los progresos realizados y las oportunidades de mejora. Por ejemplo, decir “Tuvo un buen control en el aterrizaje, veamos cómo podemos perfeccionar la estabilidad” es más motivador que un comentario crítico.
• Entrenar la resiliencia: Practicar ejercicios de mindfulness y relajación puede ayudar a los atletas a mantenerse concentrados en el presente y gestionar la ansiedad. Una técnica eficaz es la visualización, en la que el gimnasta imagina ejecutar el movimiento a la perfección antes de intentarlo. Esto puede ayudar a generar confianza y reducir el miedo a equivocarse.
• Crear rutinas previas al entrenamiento y la competición: Establecer rutinas predecibles ayuda a reducir el estrés y proporciona al atleta una sensación de control. Ya sea una serie de ejercicios de calentamiento, un mantra motivacional o una lista de reproducción favorita, las rutinas ayudan a canalizar la energía de manera positiva.
• Dividir el proceso en pequeños objetivos: Trabajar en objetivos específicos y alcanzables permite al atleta concentrarse en mejoras progresivas. Este enfoque reduce la presión de alcanzar la perfección de inmediato y fomenta la confianza a largo plazo.

Si se aplican de manera constante, estas estrategias pueden ayudar a los gimnastas a transformar el error en una herramienta de crecimiento personal y profesional, mejorando no solo su desempeño, sino también su seguridad y resiliencia mental.

Ejemplos de atletas resilientes en la gimnasia artística
La gimnasia artística está llena de ejemplos de atletas que han sabido transformar dificultades en oportunidades de crecimiento. Un caso emblemático es el de Simone Biles, quien durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 afrontó los “twisties”, una condición de pérdida de orientación aérea. En lugar de arriesgar lesiones graves, eligió detenerse, mostrando valentía y autoconciencia. Regresó a la competición y ganó una medalla de bronce en la viga de equilibrio, demostrando que el éxito no es solo técnico, sino también psicológico.

Otro ejemplo de resiliencia es el de Aliya Mustafina, quien en los Juegos Olímpicos de Río 2016, tras una caída en las clasificaciones, mantuvo la concentración y ganó el oro en las barras asimétricas. Su capacidad para resetearse mentalmente se atribuye a una intensa preparación psicológica y al apoyo de su equipo.

Conclusiones
En la gimnasia artística, la gestión del error no es solo una cuestión técnica, sino una verdadera prueba de fortaleza mental y resiliencia para los atletas. Aceptar el error como una oportunidad de aprendizaje, en lugar de una limitación, puede marcar la diferencia entre un obstáculo y un punto de inflexión decisivo. Un apoyo psicológico adecuado, retroalimentación constructiva y una preparación enfocada pueden transformar los errores en valiosas oportunidades de crecimiento.

A cargo del Dr. Pettenuzzo Filippo

Dr. Alessandro Bargnani | CEO de CISSPAT Lab

Bibliografía

Bandura, A. (1997). Self-efficacy: The exercise of control. W.H. Freeman and Company.

Gucciardi, D. F., & Gordon, S. (2021). Mental toughness and resilience in sport: Foundations for performance excellence. Routledge.

Weinberg, R. S., & Gould, D. (2020). Foundations of Sport and Exercise Psychology (7ª ed.). Human Kinetics.