Las lesiones deportivas no solo representan una interrupción física en la carrera de un atleta, sino también un desafío psicológico que puede afectar profundamente su bienestar emocional, motivación e identidad personal. La literatura científica ha demostrado que las emociones, la resiliencia y las técnicas psicológicas desempeñan un papel central en el proceso de recuperación física y mental, subrayando la importancia de un enfoque integrado.

El papel de las emociones en la recuperación

Una lesión puede desencadenar una amplia gama de emociones, desde el shock y la negación inicial hasta estados de ira, frustración y depresión. Arvinen-Barrow destaca que estas respuestas emocionales no siguen un patrón lineal y dependen de varios factores, como la gravedad de la lesión, el papel del deporte en la vida del atleta y el apoyo recibido.

Un elemento clave es la identidad deportiva: para muchos atletas, el deporte no es solo una actividad, sino una parte fundamental de su identidad. Una lesión puede amenazar esta identidad, generando sentimientos de pérdida e inseguridad. Si no se gestionan adecuadamente, estas emociones pueden obstaculizar el proceso de curación, disminuyendo la motivación, favoreciendo el aislamiento social y dificultando la adherencia a los protocolos de rehabilitación.

El modelo de estrés relacionado con las lesiones

El modelo de estrés relacionado con las lesiones postula que los atletas con una personalidad propensa a la amplificación del estrés, una historia de eventos estresantes recurrentes y pocas estrategias de afrontamiento eficaces tienen una mayor predisposición a percibir las situaciones deportivas como amenazantes. Esta percepción intensifica su respuesta al estrés y, en consecuencia, incrementa el riesgo de sufrir una lesión.

Por ejemplo, los atletas que interpretan los eventos estresantes como perjudiciales y sienten que carecen de estrategias adecuadas para afrontarlos tienden a experimentar una reactividad al estrés más pronunciada. Esta respuesta puede afectar negativamente tanto su funcionamiento fisiológico como su capacidad de atención.

Los efectos de esta alteración pueden incluir, entre otros:

– Aumento de la tensión muscular, lo que compromete la coordinación del movimiento.

– Reducción del campo visual periférico, dificultando la percepción del entorno.

– Mayor distraibilidad, lo que retrasa los tiempos de reacción y la toma de decisiones.

Según este modelo, una reactividad elevada al estrés dentro del contexto deportivo aumenta significativamente el riesgo de lesiones.

Técnicas psicológicas para la recuperación física y mental

Arvinen-Barrow propone diversas estrategias psicológicas que pueden mejorar el proceso de recuperación del atleta:

– Visualización mental: Imaginar la ejecución de movimientos y ejercicios correctos, incluso durante la fase de inmovilización, ayuda a mantener activas las conexiones neuronales y fortalece la confianza en el propio cuerpo.

– Reestructuración cognitiva: Permite desafiar y modificar pensamientos negativos relacionados con la lesión, sustituyéndolos por creencias más funcionales. Por ejemplo, transformar “Nunca volveré a mi nivel anterior” en “Cada día estoy más cerca de mi objetivo”.

– Técnicas de relajación: La respiración profunda y la meditación ayudan a reducir los niveles de ansiedad, lo que puede favorecer un proceso de curación más rápido.

– Adhesión motivacional: El uso de refuerzos positivos y el reconocimiento de cada progreso alcanzado son fundamentales para mantener la motivación. Un feedback constante por parte del equipo técnico y los compañeros refuerza el compromiso del atleta con su programa de rehabilitación.

Cómo mejorar el compromiso con la rehabilitación

Uno de los mayores desafíos durante la rehabilitación es la dificultad de los atletas para seguir de manera constante el plan de recuperación. Para superar este obstáculo, es fundamental una comunicación efectiva entre los atletas y los fisioterapeutas, lo que permite generar confianza y gestionar las expectativas.

Establecer objetivos realistas, personalizados y a corto plazo puede hacer que el proceso sea más manejable. Además, la percepción de control sobre la recuperación es un factor clave: los atletas que se sienten involucrados en su tratamiento tienden a comprometerse más activamente con el proceso.

Conclusión

La recuperación de una lesión deportiva no es solo un proceso físico, sino un viaje complejo que requiere un enfoque holístico. Las emociones, la resiliencia y las técnicas psicológicas desempeñan un papel determinante en el éxito de la rehabilitación. Integrar estos elementos en el proceso de recuperación no solo ayuda a los atletas a volver a competir, sino que también les permite crecer como individuos, enfrentando los desafíos con una mentalidad más fuerte y positiva.

Por la Dra. Margherita Gelmetti
Dr. Alessandro Bargnani | CEO CISSPAT Lab

Bibliografía

– Association for Applied Sport Psychology. (n.d.). Using the mind to heal the body: Imageryfor injury rehabilitation.

– Mental Health UK. (n.d.). Sport injury – Overcoming feelings of isolation following a sportsinjury.

– Arvinen-Barrow, M., & Walker, N. (2013). Psychological aspects of sport injury and rehabilitation. New York, NY: Routledge.

– PubMed Central (PMC). (n.d.). Psychological factors in sports injury rehabilitation.