En los deportes de equipo, la confianza e los comportamientos de liderazgo juegan un rol crucial en la promoción de la cohesión del equipo y mejoran el rendimiento general del equipo. El entorno competitivo del deporte hace que sea esencial por los líderes ganar la confianza de los miembros del equipo, y esta confianza se refleja en la capacidad del grupo para colaborar y perseguir objetivos comunes.

CONFIANZA

Gulak-Lipka (2017) define la confianza como una actitud que ayuda el líder a crear una atmósfera positiva y atractiva. En el mundo del deporte, que es similar al entorno corporativo, el clima competitivo y los constantes desafíos requieren un fuerte sentido de cohesión y motivación entre los miembros del equipo. Por lo tanto, un líder exitoso debe generar un nivel de confianza que permita a los atletas mantener una alta motivación y actuar de manera coordinada hacia un objetivo colectivo, a pesar de la presión y la adversidad. La confianza se entiende como un componente que facilita la comunicación abierta, permite decisiones rápidas y fomenta un clima de apoyo mutuo, aspectos fundamentales para mantener alto el rendimiento del grupo. En el contexto deportivo, el líder suele ser un entrenador o el capitán de equipo, y su capacidad de mantener el equilibrio entre empatía y autoridad representa una fuente de inspiración y un modelo de comportamiento para otros miembros del equipo. Además, los atletas tienden a responder mejor a un líder que demuestra respeto y comprensión de sus necesidades y que demuestra competencia en las decisiones técnicas y estratégicas.

EL MODELO DE LIDERAZGO MULTIDIMENSIONAL

Según el Modelo de Liderazgo Multidisciplinario (Chelladurai & Canon, 1978) los compartamientos del líder se pueden dividir en cinco estilos diferentes. Principalmente educación y entrenamiento, centrándose en el aspecto técnico e incluyendo actividades como el entrenamiento de habilidades y la planificación estratégica. Un líder que se obliga en este tipo de comportamiento se percibe como atento a mejorar el desempeño del equipo. El modelo continúa con el comportamiento democrático, es decir, la capacidad del líder de involucrar a los miembros del equipo en los procesos decisionales. Este estilo de liderazgo se aprecia cuando los miembros del equipo sienten que pueden participar activamente y ser escuchados. Al contrario del comportamiento democrático, està el comportamiento autocrático: más directivo e independiente, el líder toma decisiones sin consultar al equipo. Este comportamiento, en la mayoría de los casos, tiende a reducir la cohesión, especialmente en términos de interacción social. Los miembros del equipo, en estos casos, se sienten menos involucrados y menos unidos con los demás jugadores, con el riesgo de crear divisiones y disminuir el sentido de pertenencia. Sin embargo, en algunas situaciones particularmente críticas, como momentos de alta presión durante las competiciones, un enfoque más autocrático puede ser útil para mantener el control y el orden, siempre que no sea el único estilo adoptado. Basarse en el apoyo social permite al líder de apoyar a los miembros del equipo, no sólo en el rendimiento, sino también en las necesidades personales y sociales, ayudando a crear un ambiente de equipo positivo y de apoyo mutuo. El modelo se concluye con retroalimentación positiva: este comportamiento incluye el apreciamiento y el refuerzo del rendimiento de los miembros del equipo, y es importante para mantener la moral y la motivación altas.

El estudio de atletas de béisbol y softbol realizado por Shields y colegas (1997), basado en este modelo, mostró que la cohesión grupal estaba fuertemente relacionada con los comportamientos de liderazgo percibidas, particularmente en lo que se refiere al apoyo social y la retroalimentación positiva. Los equipos cuyos líderes adoptaron un enfoque democrático, dando a los miembros la oportunidad de participar en el

proceso decisopnales, resultaban más cohesos. Además, los atletas se sintieron más motivados y conectados con el equipo cuando el entrenador estaba abierto y dispuesto a escuchar sus opiniones y necesidades. A diferencia de los comportamientos de liderazgo participativo, el comportamiento autocrático de los líderes tiende a tener un efecto negativo sobre la cohesión. Este estilo puede generar frustración y alienación en los miembros del equipo, especialmente cuando otros deportistas se sienten excluidos de los procesos de toma de decisiones o perciben una falta de respeto hacia sus opiniones. Según Vincer y Loughead (2010), si bien este estilo de liderazgo puede ser efectivo en situaciones que requieren decisiones rápidas y decisivas, su uso constante puede socavar el sentido de pertenencia y la motivación colectiva.

CONCLUSIONES

El análisis de estos estudios ha demostrado la importancia del liderazgo basado en la confianza y en conductas participativas para asegurar una alta cohesión en los equipos deportivos, ya que el primero es la base de un liderazgo eficaz y las conductas de apoyo, como la retroalimentación positiva y la implicación en las decisiones, son en cambio cruciales para fomentar los vínculos entre los miembros del equipo. Estos resultados sugieren que tanto los entrenadores como los líderes entre los atletas deberían desarrollar habilidades de comunicación y apoyo emocional, promoviendo un clima de confianza y colaboración. En particular, es útil que los entrenadores adopten un enfoque democrático, en el que los atletas sientan que tienen una voz activa en las decisiones del equipo. Al mismo tiempo, fomentar el desarrollo de líderes entre los propios deportistas puede ser una estrategia eficaz para mejorar la interacción y el sentido de pertenencia, ya que los deportistas tienden a responder positivamente a los compañeros de equipo que los guían y apoyan. En última instancia, la confianza y los comportamientos de apoyo resultan esenciales para construir un equipo cohesivo y orientado al éxito. Un liderazgo que fomenta el respeto mutuo y el compromiso colectivo permite al grupo afrontar los desafíos competitivos con mayor determinación, transformando al equipo en una unidad fuerte y resiliente.

A cura del Dott. Andrea Testolin

Dott. Alessandro Bargnani | CEO CISSPAT Lab

BIBLIOGRAFIA

Chelladurai, P., & Canon, A. V. (1978). Leadership. Canadian Association for Health, Physical Education and Recreation Sociology of Sport Monograph Series A, Calgary, AB: University of Calgary.

Fransen, K., McEwan, D., & Sarkar, M. (2020). The impact of identity leadership on team functioning and well-being in team sport: Is psychological safety the missing link?. Psychology of Sport and Exercise, 51, 101763.

Light Shields, D. L., Gardner, D. E., Light Bredemeier, B. J., & Bostro, A. (1997). The relationship between leadership behaviors and group cohesion in team sports. the Journal of Psychology, 131(2), 196-210.

Gulak-liPka, P. (2017). The role of trust for leadership in team sports.

Vincer, D. J., & Loughead, T. M. (2010). The relationship among athlete leadership behaviors and cohesion in team sports. The Sport Psychologist, 24(4), 448-467.