
Los esports, o deportes electrónicos, representan la competencia profesional de los videojuegos, una realidad en rápido crecimiento que involucra a millones de jugadores y espectadores en todo el mundo. Se caracterizan por competiciones estructuradas entre jugadores individuales o equipos en una amplia variedad de géneros de juegos, como estrategia, disparos y deportes virtuales. En los últimos años, los esports se han convertido en un fenómeno global, con torneos de alto nivel, premios millonarios y una creciente cobertura mediática. Además de las habilidades técnicas, requieren una alta preparación mental y física para enfrentar los intensos desafíos de la competencia.
Beneficios psicológicos y cognitivos de los esports
Como cualquier deporte, los esports permiten perfeccionar ciertas habilidades técnicas y cognitivas útiles tanto en el juego como en la vida diaria (Bonilla et al., 2022). La principal de todas es la habilidad para la resolución de problemas: los videojuegos competitivos requieren una rápida capacidad para resolver problemas, ya que los jugadores deben tomar decisiones en tiempo real y adaptarse rápidamente a nuevas situaciones. Esta habilidad es particularmente importante, especialmente en los juegos estratégicos, donde las decisiones rápidas y precisas pueden marcar la diferencia entre ganar o perder. Otra habilidad relevante, sobre todo en juegos de equipo o de estrategia, es el pensamiento estratégico, ya que los jugadores deben planificar con antelación, coordinar las acciones con otros miembros del equipo y tomar decisiones estratégicas en condiciones de incertidumbre. El pensamiento crítico y la capacidad de anticipar los movimientos de los oponentes son, por lo tanto, componentes esenciales para el éxito en los esports. En los contextos competitivos, la derrota es inevitable y, por ende, la capacidad de recuperarse rápidamente es crucial: la resiliencia psicológica permite a los jugadores afrontar las derrotas sin desanimarse, utilizando en cambio los errores como oportunidades de aprendizaje para mejorar su rendimiento futuro. Junto con la resiliencia, la autorregulación emocional tiene un valor enorme, ya que los jugadores están expuestos a situaciones de alta tensión y estrés constante. Una correcta gestión de las emociones les permitiría mantener la calma incluso cuando están en desventaja, evitando reacciones impulsivas que podrían perjudicar aún más su rendimiento. Finalmente, los esports permiten perfeccionar la coordinación oculomotora, dado que los juegos requieren velocidad y precisión en los movimientos.
Riesgos y problemas asociados a los esports
A pesar de los numerosos beneficios, los esports también conllevan riesgos psicológicos que no deben ser ignorados (Bànyai et al., 2019). Uno de los problemas más discutidos es la adicción a los videojuegos, una condición derivada del intenso involucramiento que puede tener efectos negativos significativos en la vida cotidiana de los jugadores. Esta adicción se caracteriza por una pérdida de control sobre el tiempo dedicado al juego, con consecuencias negativas en las relaciones sociales, el rendimiento académico o laboral y la salud física y mental. La adicción a los videojuegos también puede llevar a problemas como el aislamiento social y la depresión. Otro factor de riesgo es la ansiedad por el rendimiento y el estrés: los jugadores profesionales, en particular, están sometidos a una gran presión para mantener un alto rendimiento en cada partida, lo que se agrava por la naturaleza impredecible de las competiciones, donde incluso pequeños errores pueden llevar a la derrota. Competir bajo estas condiciones sin la correcta gestión de las emociones y el estrés puede provocar estrés crónico y síntomas de agotamiento. Este fenómeno es común entre los jugadores que pasan muchas horas jugando o preparándose para competiciones, manifestándose en agotamiento físico y mental, pérdida de interés por el juego y disminución del rendimiento. Las largas sesiones de entrenamiento (algunos jugadores de renombre entrenan hasta diez horas al día, transmitiendo todo en servicios de streaming), las presiones por obtener resultados y la falta de equilibrio entre la vida privada y profesional pueden contribuir a este fenómeno.
Estrategias para mejorar las habilidades psicológicas
Existen diversas estrategias que pueden implementarse tanto para mejorar las habilidades psicológicas de los jugadores, ya sean individuales o de equipo, como para minimizar los riesgos (Leis & Lautenbach, 2020). Las primeras son las técnicas de visualización, útiles para simular escenarios de juego difíciles y prepararse mentalmente para manejar situaciones de alta presión. Un uso adecuado de estas técnicas permitiría adaptarse mejor a los imprevistos y dificultades de las partidas, además de mejorar las habilidades técnicas del jugador. Otro elemento importante para mejorar el rendimiento es la capacidad de aceptar y gestionar la retroalimentación: los jugadores deben ser capaces de reflexionar de manera crítica sobre su rendimiento, identificando áreas de mejora sin dejarse abrumar por la frustración o decepción. Esto es válido tanto para jugadores individuales como para aquellos de equipo, quienes también deben estar dispuestos a aceptar comentarios de sus compañeros. Junto a esto, la creación de un ambiente cohesivo y positivo es fundamental, y el uso de actividades de team building es esencial para fortalecer la confianza mutua y aumentar la cooperación dentro del equipo. Mejorar las dinámicas grupales no solo incrementa el rendimiento, sino que también ayuda a prevenir tensiones y conflictos que puedan surgir bajo presión. Finalmente, las técnicas de relajación, como ciertos ejercicios de respiración, la atención plena o la meditación, pueden ayudar a los jugadores a reducir los niveles de ansiedad y mantener la concentración durante las partidas. Estas técnicas, ampliamente utilizadas en deportes tradicionales, pueden adaptarse también a los esports para mejorar la gestión del estrés.
Conclusiones
Los esports requieren un conjunto de habilidades psicológicas avanzadas, como la gestión del estrés, la concentración, la resiliencia y la autorregulación emocional. Los jugadores que desarrollan estas habilidades pueden mejorar su rendimiento y enfrentar mejor los desafíos psicológicos asociados a las competiciones de alto nivel. Aunque los esports pueden ofrecer numerosos beneficios, es esencial abordar los riesgos psicológicos relacionados con estas actividades. Deben ser vistos como una forma de entretenimiento y competencia que, si se maneja adecuadamente, puede tener un impacto positivo en la vida de los jugadores. Sin embargo, es crucial reconocer las señales de alerta relacionadas con comportamientos problemáticos de juego y promover un uso equilibrado de los videojuegos.
A cargo del Dr. Andrea Testolin
Dr. Alessandro Bargnani | CEO CISSPAT Lab
BIBLIOGRAFÍA
Bányai, F., Griffiths, M. D., Király, O., & Demetrovics, Z. (2019). The psychology of esports: A systematic literature review. Journal of gambling studies, 35, 351-365.
Bonilla, I., Chamarro, A., & Ventura, C. (2022). Psychological skills in esports: Qualitative study of individual and team players. Aloma, 40(1), 35-41.
Leis, O., & Lautenbach, F. (2020). Psychological and physiological stress in non-competitive and competitive esports settings: A systematic review. Psychology of sport and exercise, 51, 101738.