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Expectativas sociales y deportistas adolescentes
- 10/01/2025
- Posted by: Graffi Brunoro Elena
- Category: Articoli
La adolescencia es un período crucial en el desarrollo físico, emocional y social de una persona. Para los atletas adolescentes, este período está a menudo marcado por desafíos únicos, ya que deben equilibrar sus aspiraciones deportivas con las presiones sociales provenientes de padres, entrenadores y compañeros. Las expectativas sociales pueden ser poderosos motivadores, pero cuando se vuelven excesivas o irreales, pueden afectar negativamente el bienestar psicológico y el rendimiento deportivo de los adolescentes.
El papel de los padres
Los padres juegan un papel fundamental en la vida deportiva de los adolescentes, brindando apoyo emocional, recursos económicos y oportunidades para practicar deportes. Sin embargo, las expectativas parentales también pueden convertirse en una fuente de presión, especialmente cuando los padres proyectan sobre sus hijos sus propias ambiciones o deseos no cumplidos.
Como señalan Wolfenden y Holt (2005), los adolescentes que perciben una presión excesiva por parte de los padres para obtener resultados elevados son más propensos a experimentar ansiedad y una disminución de la motivación intrínseca relacionada con el placer de practicar el deporte en cuestión. Esta presión también puede generar culpabilidad o decepción cuando las expectativas parentales no se cumplen, lo que afecta negativamente la autoestima de los jóvenes atletas, quienes, temiendo defraudar a sus padres, pueden desarrollar un miedo excesivo al error, lo que influye negativamente en su rendimiento y bienestar psicológico. El abandono deportivo es otra consecuencia de este enfoque parental: según estudios de Fraser-Thomas et al. (2008), muchos jóvenes abandonan el deporte durante la adolescencia debido a la presión externa, lo que puede generar tensiones en las relaciones familiares, especialmente si las expectativas de los padres no coinciden con los deseos del hijo.
Un involucramiento equilibrado de la familia, que valore el esfuerzo más que los resultados, favorece el desarrollo de la autoestima de los jóvenes atletas. De hecho, cuando se sienten apoyados, es más probable que crean en sus propias capacidades. Otro aspecto crucial es el respeto por las elecciones del joven atleta. Los padres deben escuchar las preferencias y necesidades de sus hijos, evitando imponerles un deporte o metas que no reflejan sus intereses personales. Este enfoque fomenta una relación sana con el deporte, centrada en el disfrute y la autonomía del joven. La comunicación abierta también es igualmente importante: crear un ambiente en el que los hijos puedan compartir sus experiencias sin temor a ser juzgados ayuda a construir una relación de confianza y a enfrentar las dificultades de manera constructiva.
El papel de los entrenadores
Los entrenadores son figuras clave en el desarrollo deportivo y personal de los atletas. Al adoptar un estilo de entrenamiento orientado al apoyo, alentando el crecimiento individual y proporcionando retroalimentación constructiva, tienden a promover un sentido de competencia y autonomía en los atletas. Por el contrario, un estilo autoritario, caracterizado por críticas y expectativas irreales, puede aumentar el estrés psicológico y llevar a una disminución de la motivación. Los atletas adolescentes que perciben que se les juzga constantemente solo en función de su rendimiento pueden desarrollar una mentalidad basada en los resultados, ansiedad, miedo al error, agotamiento y abandono del deporte.
La influencia de los compañeros
En el contexto deportivo, los compañeros desempeñan un papel significativo en el desarrollo social y psicológico de los adolescentes, quienes a menudo buscan la aprobación de sus pares y desean ser aceptados como miembros de un grupo. Esta dinámica puede ser tanto positiva como negativa. Las relaciones positivas entre compañeros pueden proporcionar apoyo emocional, aumentar el sentido de pertenencia y mejorar la confianza en uno mismo. Sin embargo, cuando los compañeros ejercen presión para conformarse a ciertos estándares o comportamientos, los atletas adolescentes pueden sentirse atrapados en expectativas sociales que no reflejan sus verdaderos deseos o capacidades y, en consecuencia, desarrollar comportamientos disfuncionales, como el abuso de sustancias o el sobreentrenamiento.
Para mitigar el impacto negativo de las expectativas sociales, es fundamental adoptar un enfoque equilibrado que involucre a padres, entrenadores y los propios atletas.
Educación para los padres: los padres deben ser educados sobre la importancia de fomentar una actitud positiva hacia el deporte, enfatizando la diversión y el mejoramiento personal.
Formación para los entrenadores: a través de eventos de formación específicos, los entrenadores pueden aprender cómo crear un entorno de apoyo que favorezca el desarrollo emocional y social de los atletas, evitando ejercer presiones excesivas o adoptar un estilo de liderazgo y comunicación disfuncionales.
Promover relaciones positivas entre compañeros: fomentar un sentido de comunidad y colaboración dentro de los equipos para reducir las dinámicas competitivas disfuncionales y promover un mayor y mejor apoyo mutuo.
En conclusión, las expectativas sociales pueden tener un impacto significativo en los atletas adolescentes, influyendo en su bienestar psicológico y su experiencia deportiva. Si bien pueden ser una fuente de motivación y crecimiento, cuando son excesivas o mal gestionadas, pueden generar ansiedad, pérdida de autoestima e incluso el abandono del deporte practicado. Para garantizar un entorno saludable y favorable para el desarrollo de los atletas, es esencial adoptar un enfoque equilibrado basado en el apoyo, la comunicación y el respeto por las elecciones individuales. De esta manera, el deporte puede ser una experiencia enriquecedora, capaz de fomentar no solo el crecimiento atlético, sino también el personal y emocional.
Por la Dra. Veronica Mattarozzi
Dr. Alessandro Bargnani | CEO CISSPAT Lab
Bibliografía
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