Los Juegos Paralímpicos de París 2024 han llegado a su fin tras doce días de competición en los que el equipo nacional italiano ha conseguido alzarse con nada menos que 71 medallas, concretamente 24 de oro, 15 de plata y 32 de bronce, alcanzando el sexto puesto en el medallero de estos Juegos Paralímpicos. Entre los atletas más impresionantes de esta edición tenemos: El nadador Stefano Raimondi, que ganó una medalla de plata en los 100 metros espalda y cinco medallas de oro en los 100 braza, 100 libres, 100 delfín, 200 mixtos y en el relevo mixto 4×100 libres, récord del mundo, junto con su compañera Giulia Terzi, Francesca Xenia Palazzo y Simone Barlaam; Assunta Legnante que, al ganar una medalla de oro en lanzamiento de peso y una de plata en lanzamiento de disco, se convirtió a sus 46 años en la atleta con más medallas en la historia del atletismo italiano; y, por último, Rigivan Ganeshamoorthy, lanzadora de disco que mejoró tres veces el récord mundial en tres lanzamientos consecutivos, ganando después la medalla de oro.

Aunque la existencia y la importancia de estas competiciones son ahora reconocidas por muchos, gracias a atletas de la talla de Bebe Vio, campeona mundial y paralímpica de florete, o Alex Zanardi, campeón mundial y paralímpico de handbike, la historia de los Juegos Paralímpicos difiere mucho de su homóloga olímpica.

HISTORIA DE LOS JUEGOS PARALÍMPICOS

La primera forma de los Juegos Paralímpicos se remonta a 1948, y fue una pequeña competición entre veteranos discapacitados de la Segunda Guerra Mundial en el césped del Hospital Stoke Mandeville, en la ciudad del mismo nombre en Buckinghamshire (Silver, 2012). El movimiento paralímpico nació de la visión de Sir Ludwig Guttmann, que llegó al Hospital Stoke Mandeville en 1944 y estableció el tratamiento moderno de las lesiones medulares que mantenía con vida a los pacientes parapléjicos. En 1952, los holandeses también participaron en los Juegos Internacionales de Stoke Mandeville, dando al acontecimiento importancia internacional. El término «Juegos Paralímpicos» no se acuñó hasta 1984, cuando el Comité Olímpico Internacional aprobó el nombre. La primera edición invernal de los Juegos Paralímpicos tuvo lugar en febrero de 1976 en Örnsköldsvik, localidad sueca, en la que participaron dieciséis naciones, pero no Italia. En la actualidad, los Juegos Paralímpicos se combinan sistemáticamente con los Juegos Olímpicos desde el 19 de junio de 2001, cuando se firmó un acuerdo entre el Comité Olímpico Internacional y el Comité Paralímpico Internacional, que garantiza que la ciudad candidata que acoja los Juegos Olímpicos debe organizar también los Juegos Paralímpicos.

SÍMBOLOS Y CATEGORÍAS PARALÍMPICAS

Otra diferencia se refiere al símbolo: el olímpico está formado por cinco anillos de varios colores sobre fondo blanco, que representan los cinco continentes (azul para Oceanía, negro para África, rojo para América, verde para Europa y amarillo para Asia), mientras que el paralímpico está formado por tres «agitos» (del latín «yo me muevo») de color rojo, azul y verde para simbolizar el movimiento y el papel del Comité Paralímpico Internacional en la unión de los atletas de todo el mundo. Este símbolo fue elegido en 2004, mientras que antes consistía en tres «taegeuk» (símbolo en el centro de la bandera surcoreana, que simboliza la realidad fundamental de la que se generan todos los seres y objetos) de los mismos tres colores.

Además de estas diferencias, los Juegos Paralímpicos se distinguen por las categorías paralímpicas: cada disciplina se indica mediante un código formado por letras para el tipo de competición que se va a celebrar, y números para el tipo de discapacidad. En cuanto a esta última, se distinguen siete categorías: atletas amputados, atletas con parálisis cerebral, con discapacidad intelectual, usuarios de silla de ruedas, ciegos, sordos y, por último, todos aquellos atletas que no entran en las categorías mencionadas, como los que padecen enanismo o deformidades congénitas de las extremidades. Tomando un ejemplo, en natación las letras pueden ser: S para estilo libre, mariposa y espalda; SB para braza; finalmente SM para mixto. Los números, por su parte, van del 1 al 10 en el caso de discapacidades físicas, del 11 al 13 para discapacidades visuales y 14 para discapacidades intelectuales, teniendo en cuenta que a medida que sube el número, disminuye el nivel de discapacidad del deportista.

LOS PROBLEMAS DEL DEPORTE PARALÍMPICO

A pesar de la atención que el tema está empezando a suscitar, todavía existen muchas ideas preconcebidas y muy vagas sobre la actividad y el rendimiento de los atletas con discapacidad.

Durante una charla amistosa con Stefano Raimondi sobre la natación paralímpica y la inclusividad, quiso expresar las dificultades que tienen los atletas como él: un número limitado de personal cualificado, escasez de equipamiento inclusivo para discapacitados, difícil accesibilidad de las instalaciones, premios en metálico muy diferentes de los olímpicos (180.000 euros brutos por una medalla de oro olímpica, 75.000 euros por una medalla de oro paralímpica) y, sobre todo, la «visión del pobre», es decir, el trato que reciben él y sus compañeros paralímpicos. Con esto se entiende la opinión general que el público tiene de los atletas con discapacidad, es decir, que debe aplaudir o felicitar a dichos atletas aunque sólo sea por terminar una competición siendo una persona con discapacidad. Tal actitud genera ciertamente indignación por parte de todos los atletas que se entrenan con el mismo empeño que sus homólogos sin discapacidad, pero que no son tratados de la misma manera: como atletas.

Por el Dr. Andrea Testolin

Dr. Alessandro Bargnani | CEO CISSPAT Lab

Bibliografía

Silver, J. R. (2012). Ludwig Guttmann (1899–1980), Stoke Mandeville Hospital and the Paralympic Games. Journal of Medical Biography, 20(3), 101-105.